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¿Sabías que los puros se pueden conservar hasta 15 años? A veces incluso durante más tiempo y, al igual que los vinos excepcionales, mejoran con los años. El mejor consejo que te podemos dar es invertir en su propio humidor para poder mantener una selección de Habanos listos para fumar.

 

Conserva tus Habanos adecuadamente

 

La humedad es un elemento crucial. Si un Habano se humedece en exceso, no se podrá fumar (no encenderá o no ‘tirará’). Si se seca, tendrá un sabor picante. La humedad varía con los cambios de temperatura, por eso también es importante mantener la temperatura lo más constante posible.

Tus Habanos tardarán unos días en aclimatarse a las condiciones del humidor, por eso es una buena idea separar internamente a los recién llegados de los huéspedes ya acomodados. Pero hay algunos inconvenientes que pueden surgir a la hora de conservar los Habanos. Por ejemplo, puede ocurrir que se vuelvan muy húmedos o demasiado secos.

Si se resecan es peor, porque después de dos o tres meses comenzarán a perder su sabor, y jamás lo volverán a recuperar. Para humedecer los puros secos debe hacerse suavemente y por etapas o, de lo contrario, correrás el riesgo de que la capa se cuartee cuando las hojas absorban la humedad.

La exposición prolongada a la humedad puede hacer que el tabaco se pudra, pero lo más probable es que aparezca el moho. Se trata de un moho blanco, color talco, que aparece de forma natural cuando se somete al puro a un incremento súbito de humedad. Esto es señal de que está vivo y en buen estado. Se debe eliminar ese moho con un cepillo.

Pero lo peor de todo es el insecto llamado lasioderma serricorne o gorgojo. Afecta al tabaco, perforando la capa y hace que sea imposible fumarlo. Por fortuna, este tipo de afecciones no ocurren a menudo. Sin embargo, la mejor prevención es no permitir que la temperatura del humidor sobrepase los 18 ºC.