El uso del tabaco para cachimbas es muy antiguo. Se remonta a la Edad Media vinculado a la cultura africana y árabe. Hoy, es una forma muy popular de fumar tabaco.
La cachimba consta de varias partes. La chimenea, el recipiente superior, el tanque, la tubería sumergida y la tubería.
Aunque existen diversos tipos de tabaco para cachimba es importante que sigas algunas recomendaciones para elegir según sus características:
- En hierba, pasta o crema.
- Con o sin nicotina
- El sabor, desde los más naturales como son los frutales, hasta de hierbas o artificiales.
- Y el humo. Cada tipo de tabaco para cachimba puede generar una cantidad u otra de humo según su calidad.
El tabaco para cachimbas más aromático: el tabamel
El tabamel, también llamado ‘Moassel o Muessel’ (en árabe), es una mezcla de tabaco con miel o melaza, además de glicerina y esencias. Es diferente del tabaco o los cigarrillos normales, ya que está húmedo (no seco) y no es necesario prender fuego, ya que se calienta con carbón de la cachimba.
Es uno de los tabacos para cachimbas más aromáticos y casi el más popular, ya que podemos encontrar sabores para todos los gustos. El más habitual es el de manzana u otras frutas como la fresa, las cerezas o la uva, pero también podemos encontrarlo con hierbas aromáticas como la menta, el regaliz, e incluso con sabores más actuales como el capuchino o la coca-cola.
El tabamel utilizado en las cachimbas está especialmente diseñado para este propósito ya que parece una pasta húmeda (con aproximadamente 30% de tabaco), pero que se fermenta con la melaza.
El modo de preparación es sencillo. Se introduce el tabamel dentro de cazoleta y se tapa con papel de aluminio. Después se hacen varios agujeros finos para que pase el aire y se coloca el carbón encima del papel de aluminio.
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